La curiosidad de la calle
Cuesta de las Arremangadas
Granada. Calle típica
1950. A.M.G.R
Sig.: 00.018.15
Julio Belza y Ruiz de la Fuente
En el primer tramo de la larguísima calle de S. Juan de los Reyes apenas pasada la fachada posterior de la Chancillería y de lo que fue su cárcel aneja, nos sorprende a nuestra izquierda una empinada y retorcida calleja en la cual y para hacer posible el tránsito por su exagerado desnivel unos espaciados escalones tratan de aliviar el esfuerzo del viandante.
Resulta penoso saber de las quejas hechas públicas por algún vecino que avergonzado de vivir en la calleja de tal apelativo, solicitaba en manida “carta al director” un cambio de nombre, sin pensar que lo vergonzante es la existencia de gente tan divorciadas con lo pintoresco, con la tradición y con la gracia, pues todo eso y mucho más tiene la cuestecilla de las Arremangadas.
Porque “Arremangadas”, no debió cocerse en el cacumen de caballero veinticuatro, alcalde o corregidor y sí en la costumbre de ver una y otra vez trepar por la incómoda calleja, tratando inútilmente de sortear peñascos en alternancia con charcos y barro, tal cual damisela, recogiendo graciosamente sus abundosas haldas para ponerlas a recaudo de la mancha pestilente cuando no del pisotón provocador de una caída.
Si aquellas amplísimas faldas dieron paso a unos impersonales “vaqueros” y en ellos enfundadas las piernas ninguna mujer tiene necesidad de arremangarse, dejemos cuando menos el nombre para evocar con él la graciosa estampa de una mujer antigua, recogiéndose las zayas en ademán de rigodón; tal sirvió de tema a Soria Aedo para su cuadro “Cuesta de las Arremangadas” que fue propiedad del Banco de Granada y hoy ignoro su paradero
Belza y Ruiz de la Fuente, Julio. Las calles de Granada; Ediciones Tat, 1989