La Chumbera
Granada.Gitana. Gipsy
1920-1930, A.M.G.R
iene la vendedora de higos chumbos en Granada tipo gitano.
El semblante moreno, tirando á (1) [sic] cobrizo,el cabello brillante y negro como sus ojos, sobre su busto el pañuelo de vivos colores, la expresión picaresca, la cabeza al aire, las orejas adornadas con zarcillos de quincalla en que la industria engastó como piedras preciosas diamantes y rubíes falsos como
partidas serranas, ó con pendientes de los llamados de cigarrón, fabricados con oro de ley y avalorados con alguna perla ó brillante auténticos, la chumbera toma por asalto ya en el mes de Julio la ciudad en forma que no hay plaza, esquina, ni bocacalle de las principales, en que no se vean variados montículos de higos que invitan á los madrugadores á un fresco y dulce desayuno.
Los más tempranos y los más ricos en sabor son los chumbos de la costa; hasta los que tienen la cáscara verde son como la miel.
Y no exagera ni miente la vendedora en su pregón.
Todas ellas tienen su clientela especial y no son las de rostro apergaminado por la vejez las más favorecidas; que en ellas, como en la mercancía, busca la gente el frescor y la dulzura. ¡Con qué agilidad parte los higos! ¡Con qué pulcritud los monda! ¡Con qué afabilidad los ofrece! En su cintura apenas descansa un momento la navaja de golpetillo. Si de las Cuevas del Monte ó de San Cristóbal bajó con la carga en el cuadril á las seis de la mañana, los montecillos de
á cinco y de
á diez han ido desapareciendo tan sin darse cuenta que á las diez tiene el bolsillo lleno de monedas de cobre y de cáscaras la canasta. Aunque sus chumbos no sean de
Cantalobos ó del río de Almería, ni del camino del Sacro-Monte ó de Jesús del Valle, que la fama pondera como los mejores, sus parroquianos aumentan cada mañana y forman como alrededor de la agitanada mozuela, porque sus ojos son vivos y ardientes como las fogatas de los cerros de San Miguel; porque en los montones saben combinar los colores y los tamaños; porque su pregonar incesante y su charla original resuenan en el oído de la impresionable juventud como canto de sirena; porque su gracia, y su limpieza y su trato prenden voluntades y aumentan la afición al fruto sabroso que después de la romería de San Miguel desaparece de las plazas y calles granadinas, en que es reina, durante las mañanas y noches del estío, la chumbera.
Gil Griman, Rodolfo. El país de los sueños: páginas de Granada, Granada: Tip. Lit. Paulino, 1901.
(1) Se ha respetado en todo momento la grafía del documento original